jueves, 25 de septiembre de 2008

Diálogos - Parte 2

-¿Desde cuándo estás tan preocupada por la edad?
-No estoy preocupada. No es eso.
-Me parece que sí. Y si ubicás a tu convicción en torno de tu juventud, entonces no estás tan segura de lo que pensas.
- ¿Y vos sí estás segura de lo que pensás?
-Sí. O sea, elegí un camino ya.
-¿Y quién te asegura de que no volvés de ese camino?
-Yo.
-Yo no estoy segura de nada.
-Y sí, eso claramente te define como persona.
-Estoy segura de algunos pensamientos, pero mi pensamiento sobre mis pensamientos es inseguro.
-Ok, ok. Vos decís que podés estar segura de algo hoy pero que nadie te garantiza que esa seguridad un día se vaya y que resulte que te convertís en una maestra que trabaja de 9 a 1 y que después lava los platos, busca a los chicos al colegio y los putea porque dibujan en la mesa.
-No, no exageres. No se trata siempre de darse vuelta y mirar por donde miraban los omoplatos.
-No, bueno, exagero para que sea gráfico lo que quiero decir.
-Es que estamos hablando de cosas distintas. A ver si puedo ser clara.
-Te está costando últimamente.
-Bueno, me escuchás.
-Sí, dale, nena, dale nomás que yo tengo para unas copas más y, sabés, nada mejor que hablar con vos para acompañar este tinto.
-Digo que una cosa es que una cambie de opinión y otra es que una cambie.
-No, no. Lo tuyo hoy está demasiado confuso.
-Prestá atención y ayudame a pensar, en lugar de descalificarme.
-Bueno, te ayudo. Vos decís que se puede cambiar y que en ese cambio va a haber implícito un cambio de pensamiento. Sí, nada nuevo.
-Digo eso pero quiero decir algo más. Lo que intento explicar es que nuestras ideas tienen que ver con un contexto, con una realidad que hace al espacio, a la edad, sí, a la edad absolutamente, a nuestros cuerpos; tiene que ver con nuestras ganas, con nuestra capacidad de gustar.
-Sí, y entonces, cuando estés por el piso, arrugada, no le vas a gustar a nadie y eso te va a llevar a que quieras agarrarte del primero que te coja.
-O me va a llevar a cambiar las prioridades, el foco. Tal vez cuando todo eso pase, y pase obviamente por lo que vos decís, pero también porque esté cansada o porque mi espacio no sea el mismo, o porque la rebeldía se me haya vuelto en contra, entonces tal vez ahí mis ideas queden flacas, re anoréxicas.
-Pero no te vas a arrepentir. Porque un momento de la vida no es más importante que el otro. Si ahora estás bien así, entonces lo vivís como te sale, como lo sentís, y después, cuando seas más grande, verás qué hacés.
-Sí, sí. Eso parece simple. Lo que no termino de entender es si creemos en todo esto realmente o si somos unas cobardes que, como nos encanta el sexo, la conquista, caminar por donde sea, así nomás, sin explicar, porque no queremos explicar mucho, nos acomodamos al discurso que más nos conviene.
-¿Estás loca?
-No, me replanteo algunas cosas.
-¿Vos decís entonces que nuestra lucha porque no nos controlen, porque los hombres dejen de ponernos en un lugar de mujer florero, por ser independientes de pensamiento y libres sexuales, igual que son ellos, por romper con la estructura de relación que ya entendimos que no funciona, por querer ser, solamente, lo que somos sin molestar a nadie, es un verso que nos armamos para coger libremente?
-No, no sé, no estoy diciendo eso.
-Sí, te estás bajando. Te estás bajando por miedosa. Esa es tu cobardía. Te da miedo la soledad futura y entonces querés culparte por lo que pensás. Te aplaudo, che.
-Lo estás poniendo en un lugar que no es. Sólo me inquieta saber cómo lo voy a ver después. Porque los vínculos también importan. Y tal vez sí existe el amor, más allá de todo.
-Si nosotras no decimos que no existe el amor. Vos amás, yo envidio esa capacidad que tenés.
-Sí, yo amo. Pero lo arruino siempre porque enseguida veo ese camino monótono del que me resulta imposible zafar.
-Y entonces decidís. Lo importante sería que cuando tengas otra edad recuerdes por qué elegiste.
-Sos una cosa imposible. Se meten con tu apología a la soltería y saltás como un polvo contenido.
-Claro.
-Vos no soportás la idea de que yo me baje porque tenés miedo de quebrarte la pierna y no tener a nadie a quien llamar.
-No, yo no soporto que tengas un miedo propio de las mujeres de las que nos queremos separar. Te asusta el paso del tiempo porque te asusta perder tu cuerpo sensual y que ya nadie más esté al lado tuyo en una cama un domingo cualquiera. Y eso lo veo mal, muy mal en vos. Porque te creo mucho más que un cuerpo. ¿Vas a quedarte, entonces, todo un fin de semana al lado de alguien a quien no soportas tocar sólo porque esté ahí, calentando la cama? ¿Vas a bancarte que te cuestionen la cara con que saludas, el horario en el que llegás, tus pensamientos, tu humor, tus tiempos para el sexo, la lectura o lo que sea? ¿Vas a sostener, realmente sostendrías una relación terminada, como todas, por no ser una vieja soltera? Eso a mí me parece insoportable de pensar.
-No lo soportaría. No, definitivamente. De hecho no lo hago. Sólo que me da miedo dejar de ser quien soy hoy y arrepentirme del camino que elegí. Supongo que es razonable lo que me pasa.
-Ese riesgo lo asumiste el día que decidiste estar acá conmigo, tomando un vino, en jean, zapatillas, con el celular apagado y el delivery servido. Cuando viste que los celos son idiotas y les cerraste la puerta, cuando elegiste ser amante de primera hora porque crees en el sexo como fuente de placer y no como convención social de la que hay que cuidarse para ser una mujer respetada. Si crees realmente en algo, entonces te la tendrías que bancar. El problema es tuyo y de tus juegos mentales. Yo no puedo ayudarte. Sólo te recomendaría que frenes el dialogo interno y te asumas, limpiamente y no te juzgues en el futuro como a un ser desconocido. Fundamentalmente porque ni siquiera sabés si ese futuro va a existir.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

muy bueno...
"el sexo como fuente de placer y no como convención social de la que hay que cuidarse para ser una mujer respetada"
tengo 15 años y es el planteo que me toca vivir todos los dias...

me sentí muy representada... también siento más de una vez que mi pensamiento sobre mi pensamiento es inseguro..jajaja

cada vez me gusta mas leerte..

Anónimo dijo...

Ante todo, me gustó este debate "puigiano" entre (ojo con la expresión que voy a usar, muy original) dos caras de una misma moneda. Yo, claramente, soy un billete, pues no estoy de acuerdo con casi ninguno de los pensamientos expresados.
Son muchos temas y dan para discutir hasta el enojo. Por ejemplo, la frase que cita la anónima aquí arriba me gusta mucho, pero no dejo de pensar que la mujer realmente distinta hoy es la que NO se acuesta en la primera cita. Poco a poco, acostarse en la primera cita, querida Mujer, se ha convertido en la convención social que usted dice sortear. Y, por otro lado, la fuente de placer difícilmente se encuentre en el sexo de la primera cita, eso es más bien la fuente de descarga (a la cual no quisiera menospreciar, dios nos libre).
Creo, desde mi humilde y masculino punto de vista, que la libertad y la independencia están muy lejos de tener que ver con eso, sino más bien -y si es que hay que ligar a estos aspectos con el sexo- con elegir con quién uno se acuesta y liberarse para disfrutar, sin pudores (cosa que, en el siglo XXI, está al alcance de la mayoría).
Por otra parte, me sorprende que la asuste el paso del tiempo. Es un miedo natural, pero también algo absurdo. Quisiera que ahondara en ese tema, porque no creo que una mujer inteligente como usted deje de ver al paso del tiempo como la oportunidad para crecer, aprender y madurar; creo que una mujer como usted puede estar mucho más allá del irremediable deber de envejecer.

Por último -sinceras disculpas por la extensión-, le dejo un regalo que sé que le va a gustar.

No volveré a ser joven, por Jaime Gil De Biedma.

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

Verònica dijo...

Wow! me encantò, lo disfrutè, la verdad es que me atrapò de principio a fin. Me encontrè en ambas mujeres, en sus inquietudes, en sus puntos de vista, quizas en ste momento me gustaria ser mas la liberal, la que comprende mas el pensamiento sobre sus pensamientos. Gracias, y te espero por Malegria.

MQDLV dijo...

Hola. Bueno. Bueno, bueno. Creo que tengo mucho por decir.
A la dama de 15 le doy la bienvenida y le cuento algo que creo últimamente y es que los pensamientos sobre los pensamientos son un tormento, como el enemigo que habita en mí, un viejito hinchapelotas. Trato de ignorarlo, o ubicarlo en su lugar, pero es una tarea muy muy difícil.
León, gracias por el regalo. Me gusta mucho. Ahora bien: en ningún momento en el diálogo se habla de tener sexo la primera vez. Repetir un patrón, cualquier sea, no sería más que entrar en una condena mucho peor que la social: la propia. Podríamos discutir horas y podríamos no estar nunca de acuerdo. Igual creo que el tema del sexo subyace. Lo que plantean estas dos mujeres es un descredito a la relación establecida. Eso nos pasa a muchas. Tal vez incomode a los hombres, pero está echado. Y una cosa: el cambio de espacio no significa, desde mi punto de vista, terminar con la familia ni con el amor. Sino solo liberarse de las cadenas que con tiraron sobre los hombros y elegir. Solo se trata de poder elegir. De todos modos, creo que te voy a invitar una cerveza... como para verte la cara cuando te enojás, :)
En cuanto a la edad, la edad está ahí... yo no soy la del miedo, es la mujer que habla en ese diálogo.
Verónica... te paso a visitar...

petit dijo...

el paso del tiempo, las decisiones..hacer hoy para cosechar domani..

el año pasado cumplí 30 años.
Y me pasé el año de la dulce espera como una vaca siendo engordada, camino al matadero..era la primera vez que vivia de esa forma un cumpleaños. Tenía miedo.

Cuando finalmente ese 5 de junio llegó, fue como renacer. Si tengo que vivir otros 30 años mas que sean como estos que pasaron, no me arrepiento de na.

Eso me llevó a pensar en que la mejor decisión es la que se toma bien parado en el presente, ése es el unico lugar en el que se puede estar, usted bien lo dice a lo ultimo. besos mujer, como siempre un placer...